¿Cuándo debe empezar un bebé a beber agua? Guía completa para madres y padres primerizos

Uno de los momentos más emocionantes durante la crianza es cuando empezamos a introducir nuevos hábitos saludables. Uno de ellos es ofrecer agua al bebé, algo tan simple pero lleno de dudas:

  • ¿A qué edad se le da agua a un bebé?
  • ¿Cuánta agua debe beber al día?
  • ¿Y si no quiere beber?
  • ¿Qué vaso es mejor para empezar?

Hoy resolvemos todas estas dudas con información basada en lo que dicen los pediatras, expertos en alimentación infantil y mi propia experiencia como mamá (y bloguera de maternidad).

Placenta anterior en el embarazo: qué significa y cómo puede influir en tu experiencia

Cuando te haces una ecografía durante el embarazo, una de las cosas que tu ginecólogo observa es la posición de la placenta. A muchas mamás les dicen que tienen una placenta anterior, y esto suele generar dudas: ¿qué significa?, ¿es peligroso?, ¿afecta al bebé?, ¿notaré menos sus movimientos?

En este artículo te voy a explicar de forma clara y cercana, pero también con base científica, todo lo que necesitas saber sobre la placenta anterior.


¿Qué significa tener placenta anterior?

La placenta es el órgano que se forma durante el embarazo para nutrir y oxigenar al bebé. Normalmente puede situarse en distintas partes del útero: arriba (fúndica), detrás (posterior), delante (anterior) o incluso a los lados.

Cuando hablamos de placenta anterior, significa que la placenta está situada en la parte frontal del útero, es decir, entre tu abdomen y el bebé. No es una anomalía ni un problema en sí mismo: simplemente es una de las posibles posiciones de la placenta. 


¿Cuáles son los pros y contras de la placenta anterior?

Pros

No suele implicar riesgos médicos por sí sola.

En la mayoría de los casos, la placenta anterior no afecta al desarrollo del bebé ni al curso normal del embarazo.

Contras

Puede amortiguar los movimientos del bebé, especialmente en el segundo trimestre. Esto hace que tardes un poco más en notar las patadas con claridad.

En algunas ecografías, la placenta puede dificultar un poco la visibilidad del bebé, aunque el ecógrafo lo solucionará con otros ángulos.

En ciertos casos, puede hacer que las maniobras médicas (como la amniocentesis o incluso la monitorización fetal) requieran más cuidado para evitar atravesar la placenta.


¿Voy a notar menos las patadas del bebé?

Sí, este suele ser uno de los efectos más evidentes. Como la placenta está justo delante, funciona como un “cojín” que amortigua los movimientos del bebé hacia la pared abdominal.

Si es tu primer embarazo, podrías notar las patadas un poco más tarde de lo habitual (alrededor de la semana 22 en lugar de la 18–20).

Con el avance del embarazo, los movimientos se hacen más fuertes y frecuentes, y acabarás notándolos con claridad aunque la placenta sea anterior.


¿Tiene consecuencias en el parto o después del nacimiento?

En la mayoría de los casos, la placenta anterior no afecta al momento del parto. Puedes tener un parto vaginal sin problema, siempre que la placenta no esté demasiado baja (en ese caso se hablaría de placenta previa, que sí es una condición distinta y con implicaciones específicas).

Tampoco tiene repercusiones para la salud del bebé tras el nacimiento. Una vez nace tu hijo, la placenta se desprende y deja de cumplir su función.


¿Debo preocuparme si me dicen que tengo placenta anterior?

No. La placenta anterior se considera una variación normal de la posición de la placenta. No implica complicaciones en la mayoría de los embarazos. Lo único que notarás es que puede que tardes más en sentir a tu bebé o que las patadas se perciban menos intensas al principio.

Eso sí, como en cualquier embarazo, es importante acudir a todas las ecografías y controles médicos para descartar que la placenta esté demasiado baja o interfiera con el cuello del útero.


Conclusión

Tener placenta anterior no es una complicación, sino simplemente una característica anatómica que puede influir en cómo sientes a tu bebé durante el embarazo. Lo más importante es seguir los controles médicos y disfrutar de cada etapa con tranquilidad.

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¿Por qué los ciclos de sueño de un bebé duran menos por el día que por la noche?

Si eres madre o padre primerizo, seguro que te preguntas por qué tu bebé se despierta tras solo 40 minutos de siesta, mientras que por la noche puede dormir más tiempo seguido (aunque solo sea 1 hora). Tranquila, esto es totalmente normal y tiene una explicación basada en el desarrollo del sueño infantil.

En este artículo descubrirás cómo funcionan los ciclos de sueño del bebé, por qué cambian según la hora del día y qué puedes hacer para ayudarle a dormir mejor.

¿Cómo es el ciclo de sueño de un bebé?

El sueño de los bebés no funciona igual que el de los adultos. Durante los primeros meses de vida, su sistema nervioso está en desarrollo, lo que influye directamente en la calidad y duración del sueño.

  • Durante el día, un ciclo de sueño infantil dura entre 40 y 45 minutos.
  • Por la noche, ese ciclo puede alargarse hasta los 60 o 90 minutos.

Por eso, es muy frecuente que tu bebé se despierte al finalizar un ciclo de siesta y le cueste volver a dormirse. ¡Es completamente normal!

¿Por qué las siestas del bebé son tan cortas?

  1. Inmadurez del sueño: En los primeros meses, su cerebro aún no distingue bien entre el día y la noche.
  2. Mayor estimulación diurna: La luz, los ruidos y la actividad dificultan un sueño profundo durante el día.
  3. Dificultad para enlazar ciclos: Muchos bebés aún no saben dormirse solos tras un microdespertar.

¿Por qué duerme más seguido por la noche?

  1. Melatonina: Al anochecer, el cuerpo del bebé produce esta hormona que favorece un sueño más largo.
  2. Menos estímulos: Oscuridad y silencio ayudan a consolidar varios ciclos de sueño sin interrupciones.
  3. Maduración del sistema nervioso: Con el tiempo, los patrones de sueño del bebé se parecerán más a los de un adulto.


Consejos para mejorar las siestas y el sueño nocturno

  • Establece una rutina: Intenta que las siestas y la hora de dormir sean siempre a la misma hora.
  • Crea un entorno tranquilo: Usa cortinas opacas, evita ruidos y mantén la temperatura ideal (20-22 °C).
  • Observa señales de sueño: Bostezos, frotarse los ojos o irritabilidad son señales de que necesita dormir.
  • Evita el sobrecansancio: Un bebé excesivamente cansado dormirá peor.
  • Ten paciencia: El sueño es un proceso evolutivo. Poco a poco, dormirá más y mejor.

Conclusión

Las siestas de 40 minutos son totalmente normales en los primeros meses de vida. El sueño del bebé es un proceso en constante evolución. Durante el día, los ciclos son más cortos, pero por la noche, gracias a la melatonina y un entorno más propicio, el descanso puede ser más largo y profundo.

Lo importante es que tu bebé se sienta seguro, acompañado y que poco a poco desarrolle buenos hábitos de sueño.

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